ese àngel
de triste y franca mirada
que de mi hondura te guardas
y de mis sombras elevas
aquella lampara olvidada
que aun brilla, replegada
y aunque perdida
se encuentra hoy en ti
y ese tu brillo
su òxido ausenta
y estàs puliendo
de nuevo en mì
la esperanza de un no sè, todavìa
aunque sea de lejos
aunque sea de a prisas
en esa tu sonrisa diàfana
de àngel-amiga
tù la infinita alma
que se acuesta etèrea
en medio de estrellas
de un cosmos reclamante para ambas
y se levanta mujer y dama sensual
envuelta en su piel finisìma
con aromas resuelta a praderas
esperando a la doncella deseada
que el embriague en sus pasiones
y se funda con su piel en llamaradas
obligando a la noche
nunca ser dìa...
mientras sus almas
retumban el eco del mutuo orgasmo
aventajado goce, robado al Paraìso...
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