jueves, 12 de enero de 2012

No quiero hacerme de amores que pesan
ahora necesito lo liviano del mar
aquèl que en vaivenes me dice ¡ven, cesa!
todo aquello que tienes que llorar!
y entonces un dìa poderme vaciar
de tantos pesares, de tantas tristezas
y quizà asì el rumbo poderlo librar
no sè con què gentes, ni en què mundos
distintos, si acaso la dicha esquiva se da
no voy por lamentos, de nuevo a la vida
porque he de evitarme sufrir algo màs...
ya voy conociendo los tantos fragores
las tantas canciones que pude guardar
los rostros ocultos, las mentes obscenas
y aquellos que en luto se quieren guardar
yo vivo por todos y vivo por nadie
que es mas lo que espero
que lo que pude cargar
sè bien que ni honores, ni logros ni ofertas
podràn consolarme de tanta ansiedad
de saberme tan sola y en inùtil espera
en un rincòn de mi ocaso
sin respuesta encontrar
y entonces acaso el Señor que me vela
sabrà dònde alzarme y por dònde posar
estos pies marchitos, cansados sin medios
que me digan no es vano tu constante trajinar
ya perdì sonrisas, ya ganè ofensas
y malos entendidos a granel que me afean
mas sè que mi conciencia descargada queda
porque doy testimonio de mi falta y error
que no creo en mì hayan mayores desgracias
que ser torpe y no completa
pero reconozco mis faltas y ya no quiero màs de ellas!
No sè què me espera, pero si dones o glorias
o alegrìas medianeras, a todas rechazo
misiòn de amar la palabra y resolverla
entre ser esta impia como el publicano
o de dar ese Verbo bendito en empresa
mas saben los pocos que me ven esta alma
desgajada como fibras de plantas sin riego
que la felicidad que esperaba, la guardo
y me quedo, con las manos cerradas
por miedo a fallar, el amor era un sueño
al fin pude despertar!

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